Novena a San Pablo 1er. Día

Invitatorio

Apóstol san Pablo, predicador del Evangelio a todos los pueblos, intercede por nosotros.

Apóstol san Pablo, predicador….

1. Saulo hacía destrozos en la Iglesia, entraba a las casas y arrastraba a la cárcel a hombres y mujeres (Hch. 8, 3).

Apóstol san Pablo, predicador…

  1. “Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?” Preguntó él: “¿Quién eres Señor?”. Respondió la voz: “¡Soy Jesús, a quien tú persigues!” (Hch. 9, 4-5).

Apóstol san Pablo. predicador…

  1. Porque el mismo que ha ejercido su acción sobre Pedro para el apostolado entre los circuncidados, es el mismo que ha ejercido esa acción sobre mí para convertir a los gentiles (Gál. 2, 8-9).

Apóstol san Pablo, predicador…

  1. Los aventajo en fatigas incontables, en cárceles sufridas, en azotes recibidos y en peli-gros de muerte (2Cor 11, 23).

Apóstol san Pablo, predicador…

  1. Con gusto me gloriaré de mis debilidades, para que me asista la fuerza de Cristo (2Cor. 12, 9).

Apóstol san Pablo, predicador…

  1. La gracia de Dios no ha sido estéril en mí; antes bien, su gracia está siempre conmigo (1Cor 15, 10).

Apóstol san Pablo, predicador…

  1. He peleado hasta el fin el buen combate, he corrido hasta la meta, he mantenido la fe. Ahora me aguarda la corona merecida, con la que el Señor, justo juez, me premiará en aquel día (2Tim 4, 7-8).

Apóstol san Pablo, predicador…

Lectura y reflexión bíblica (Hch. 9,1-18).

«Saulo no desistía de su rabia, proyectando violencias y muerte contra los discípulos del Señor. Se presentó al sumo sacerdote y le pidió poderes escritos para las sinagogas de Damasco, pues quería detener a cuantos seguidores del Camino encontrara, hombres y mujeres, y llevarlos presos a Jerusalén.

Mientras iba de camino, ya cerca de Damasco, le envolvió de repente una luz que venía del cielo. Cayó al suelo y oyó una voz que le decía: «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?» Preguntó él: «¿Quién eres tú, Señor?» Y él respondió: «Yo soy Jesús, a quien tú persigues. 6.Ahora levántate y entra en la ciudad. Allí se te dirá lo que tienes que hacer.»

Los hombres que lo acompañaban se habían quedado atónitos, pues oían hablar, pero no veían a nadie, y Saulo, al levantarse del suelo, no veía nada por más que abría los ojos. Lo tomaron de la mano y lo llevaron a Damasco. Allí permaneció tres días sin comer ni beber, y estaba ciego.

Vivía en Damasco un discípulo llamado Ananías. El Señor lo llamó en una visión: «¡Ananías!» Respondió él: «Aquí estoy, Señor.» Y el Señor le dijo: «Vete en seguida a la calle llamada Recta y pregunta en la casa de Judas por un hombre de Tarso llamado Saulo.

Lo encontrarás rezando, pues acaba de tener una visión en que un varón llamado Ananías entraba y le imponía las manos para que recobrara la vista.» Ananías le respondió: «Señor, he oído a muchos hablar del daño que este hombre ha causado a tus santos en Jerusalén. Y ahora está aquí con poderes del sumo sacerdote para llevar presos a todos los que invocan tu Nombre.» El Señor le contestó: «Vete. Este hombre es para mí un instrumento excepcional, y llevará mi Nombre a las naciones paganas y a sus reyes, así como al pueblo de Israel. Yo le mostraré todo lo que tendrá que sufrir por mi Nombre.»

Salió Ananías, entró en la casa y le impuso las manos diciendo: «Hermano Saulo, el Señor Jesús que se te apareció en el camino por donde venías, me ha enviado para que recobres la vista y quedes lleno del Espíritu Santo.» Al instante se le cayeron de los ojos una especie de escamas y empezó a ver. Se levantó y fue bautizado.»

Himno: Por Gracia de Dios Soy Lo Que Soy

Escucha aquí

V. Tú eres instrumento elegido, Apóstol san Pablo

R. Para predicar la verdad en el mundo entero.

Antífona. Apóstol san Pablo, predicador de la verdad y maestro de los gentiles, intercede por nosotros ante Dios, que te ha elegido.

MAGNIFICAT (Lc 1, 46-55)

Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador; porque ha mirado la humillación de su esclava.

Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí, su nombre es santo, y su misericordia llega a sus fieles de generación en generación.

El hace proezas con su brazo: dispersa a los soberbios de corazón, derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes, a los hambrientos los colma de bienes y a los ricos los despide vacíos.

Auxilia a Israel, su siervo, acordándose de la misericordia -como lo había prometido a nuestros padres- en favor de Abrahán y su descendencia por siempre. Gloria al Padre…

Oremos. Dios y Señor nuestro, que elegiste a san Pablo para predicar el Evangelio, haz que penetre en todo el mundo la fe que el apóstol llevó a las naciones, para que tu Iglesia crezca sin cesar. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.”

 

Novena a San Pablo 2do. Día