Evocando recuerdos de Tecla

Evocando recuerdos… de una mujer ejemplar 

Por María Belén Sánchez, fsp

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Volviendo la mirada a esta mujer excepcional de la cual no sólo recordamos su vida y su historia, sino que más bien evocamos su recuerdo, porque su influencia perdura todavía entre nosotros vamos a repasar un poco la trayectoria de su juventud.

La joven Teresa Merlo

Hoy miraremos a una joven que todavía no había cambiado su nombre por el de Tecla.

La niña que contemplábamos en las páginas anteriores, se había convertido ya en una joven alta y hermosa, sus grandes ojos negros y brillantes daban a su mirada profunda un resplandor que iluminaba su rostro.

Sin duda los jóvenes del pueblo la miraban y la admiraban, pero ella tenía fija su mirada en un ideal mucho más alto. Pero no era ni retraída ni aislada, mucho menos altiva y orgullos al contrario, era alegre y expansiva, por eso todo el mundo la quería y la apreciaban muchísimo.

Cuando acudía a la iglesia a enseñar el catecismo para los niños, era el alma de la recreación y los juegos, y luego les explicaba hermosamente la Palabra de Dios tal como la había escuchado en su casa.

Páginas de historia

tecla 3De su época juvenil ella nos contaría de sí misma lo siguiente: “Yo era al mismo tiempo tranquila e inquieta, curiosa y reflexiva. Me gustaba saber el por qué de cada cosa; quería hacer todo lo que veía que hacían las personas mayores y deseaba aprenderlo todo.

Era feliz acompañando a mi padre a la iglesia. El no faltaba nunca, a la Misa, y los domingos a las Vísperas. Lo recuerdo siempre al lado del sacerdote, como si fuera un diácono. Yo lo esperaba y regresábamos a casa, mientras por el camino él me decía muchas cosas que no recuerdo exactamente, pero que sin duda me iban configurando.

En fin, mi preparación fue de lo mejor, si se toma en cuenta, la época, el ambiente y las circunstancias. No eran estudios académicos a nivel universitario desde luego, pero sí me ponían a la altura de las maestras de un pueblo como el mío. Allí, en la academia de las madres de Santa Anna, aprendí corte, costura y bordado. Luego, más tarde me especialicé como modista en un Colegio de Turín.

A la edad de veinte años ya estaba capacitada para enseñar a otras niñas, y de hecho, varias chicas acudían a mi casa donde yo tenía ya un pequeño taller”.

Lo que recordamos

Ella misma afirmaba: “Mis padres me enseñaron a dar su valor a cada cosa y a establecer prioridades que me ayudaron a decidir mi propia vida.

Yo escuchaba frecuentemente a mi padre que decía: “Busquen primero el Reino de Dios y su justicia…”

Aunque yo más bien creo que mis padres eran personas excepcionales en la sencillez, en la sinceridad de sus convicciones y en su amor a lo humano y a lo divino”.

Su madre, doña Vicenta, bien podía decir: “Sí, es cierto que cuido mucho a mi hija, pero no digas que la tengo prendida de mis faldas, desde muy niña le he dado la libertad de estudiar, asistía a clases particulares con la con la Maestra Carla, (o Clara) para que tuviera una instrucción más o menos igual que sus hermanos. Muchas veces ha ido a los retiros y a las clases de corte que dan las Hermanas de Santa Ana. Además, el año pasado hizo un curso para especializarse como maestra de corte y costura, de bordado y tejidos…

Virtudes   

Alegría. Cuando la alegría brota de un corazón sincero y limpio, la vida de la persona resplandece, porque es indudable que aquello procede de Dios y el mismo Jesús dijo: “yo les daré una alegría que nada ni nadie les podrá quitar».

Cordialidad. Las personas amables y cordiales tienen un imán de atracción irresistible. Es sin duda esa actitud que desarrollada y cultivada día a día se volvió virtud en el corazón de Teresa Merlo, y que llegó a hacerla tan grande cuando se transformó en Tecla Merlo, la Primera Maestra de las Hijas de San Pablo.

Palabras

Sus palabras nos hablan de su vida por eso cuando lasa recordamos vemos como en un espejo lo que Ella fue desde lo más hondo de su corazón.

SI NO SE PUEDE ESTAR SIEMPRE EN ALEGRIA, SI SE PUEDE ESTAR SIEMPRE EN LA PAZ.

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Cuando decía esto, podemos deducir que su alegría era profunda y sincera, no una fantasía, ni una aparente postura o fingimiento.

Ella supo de la alegría desbordante, de la risa cantarina y del gozo que exulta expresado en la alabanza y canción a su DIOS, pero sin duda supo también de los inevitables problemas y sufrimientos que pasaban como un fardo excesivamente pesado sobre frágiles espaldas. Con conocimiento de causa puede decirnos el secreto de su serenidad en todo momento de la vida.

DE TU BOCA SALGAN SOLO PALABRAS SANTAS

Las palabras hablan de lo que hay en el corazón. Por eso no duda en recomendar a sus hijas el hablar con bondad, con cordialidad y con amor; ella sabía muy bien que la santidad de vida en todo momento, en todo tiempo y a como dé lugar, es un empeño vivo por cultivar el amor de Cristo Jesús expresado primeramente en palabras para luego orientarse y ponerse en ese camino que conduce a la más delicada perfección.

Nuestro Hoy

Hoy vivimos en un mundo que ha evolucionado muchísimo, pero si miramos con serenidad y a fondo, nos damos cuenta que las cosas no han cambiado mucho y que todavía son válidas las razones y motivaciones que en otros tiempo motivaron a nuestros antepasados o a los santos que son hoy nuestros modelos.

En la actualidad también tenemos necesidad de personas limpias, sencillas, amables y bondadosas que nos hagan volver a creer en que el amor de Cristo Jesús sigue vivo entre nosotros.

Proyección al futuro

La historia de esta mujer excepcional, no ha terminado, antes bien, podríamos decir que está a punto de empezar… Así que en el capítulo siguiente veremos hacia dónde la impulsaba el viento de un ideal que soplaba fuertemente en su corazón.

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