EL SER HUMANO ES UN SER VALIOSO

PASOS PARA CRECER EN LA COMUNICACIÓN

Por María Guadalupe Vidales, fsp

Estimados lectores, les proponemos continuar con la reflexión del ser humano; ahora como ser valioso.

Consideramos importante que meditemos sobre los diferentes aspectos de la persona porque sólo así podremos adquirir mayor conciencia y, por lo tanto, tomar decisiones acertadas dentro del proceso comunicativo en las diferentes situaciones de nuestra vida.

El ser humano es una persona valiosa, con dignidad, capaz de maravillarse, de compartir su sentir con sus semejantes y con un proyecto a desarrollar. Así lo advertimos en el Salmo 8: “Un poco inferior a los ángeles lo hiciste, lo coronaste de gloria y esplendor. Has hecho que domine las obras de tus manos, tú lo has puesto todo bajo sus pies…” (Sal 8, 6-7).

Todo emisor-perceptor, o sea, la persona, tiene tres características principales: la razón, la sociabilidad y el proceso de permanente crecimiento. Los griegos, al reflexionar sobre sí mismos, reconocieron al ser humano como único, capaz de utilizar la razón, elaborar pensamiento y utilizar la palabra.

Aristóteles lo definió como zoón logon ejon, es decir, como un animal racional, pensante o que tiene palabra. A esta definición de ser humano añadimos que además de razón también es pasión, sentimiento y emoción. A través de la historia, el ser humano aparece siempre en relación y comunicación con otros. Aristóteles dice que el hombre también es un zoón politikón esto es, un animal social o político.

En las Sagradas Escrituras encontramos que Jesús apela a estas facultades en su mensaje: “…Él les dijo: «Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón con toda tu alma, y con toda tu mente. Éste es el mayor, y el primer mandamiento. El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo».” (Mt 22,-39).

El ser humano-persona “como especie sólo existe cuando existe con los demás y para los demás” De esto se deduce que la persona, además de racional es un animal relacional.

La última de las características que al inicio mencionamos sobre el ser humano es su inacabamiento. Consciente de esto era San Pablo, por eso exhortaba: “Así pues, hermanos míos amados, manténganse firmes, inconmovibles, progresando siempre en la obra del Señor, conscientes de que su trabajo no es vano en el Señor.” (1Cor 15,58).

La persona es un ser en proceso de crecimiento; por ello, llegar a ser plenamente humano implica un esfuerzo permanente. Martín Buber, un filósofo judío, afirma que “ser hombre es llegar a ser hombre”. Y por mucho esfuerzo que se haga, nunca nadie puede sentirse plenamente realizado. Siempre es posible aspirar y luchar por ser más. En este sentido podemos decir que el ser humano nunca es sino que siempre está siendo, siempre se está construyendo porque siempre es posible que sepa más, goce más, sea más solidario, es decir que ame más.

Por lo tanto, es necesario que todo ser humano, si quiere ser cada vez más pleno, desarrolle ciertos elementos positivos propios de su especie para poder desarrollar las potencialidades de su personalidad. Estos elementos a los que nos referimos son los valores.

Agnes Heller, una filósofa húngara, llama valor a “todo lo que pertenece al ser específico del hombre y contribuye directa o mediatamente al despliegue de ese ser específico”. El primer gran valor para la persona es ella misma. Es importante que cada uno se considere a sí mismo como valioso, considerando y haciendo lo mismo con los demás. El ser humano construirá una personalidad sana y plena en la medida que utiliza las fuerzas positivas con que potencialmente cuenta.

Hasta aquí nuestra reflexión de este mes sobre el valor del ser humano dentro del proceso de comunicación, esperamos sea de ayuda en su empeño por construir una personalidad plena para que se vea reflejada en los procesos de comunicación en los que participamos por ser cada vez más edificantes. Dios les bendiga y permanezcan en continua comunicación con Él.