CONSAGRACIÓN DE LA VIDA

Evocando recuerdos… de una mujer ejemplar

Por María Belén Sánchez, fsp

“CONSAGRACIÓN DE LA VIDA”

Tecla sonrisa

PÁGINAS DE HISTORIA

Teresa Merlo fue pionera, la primera entre aquellas que sin renunciar a su condición de Mujer, las Paulinas entregan su vida como religiosas consagradas al Amor de Dios, con el compromiso de anunciar el Evangelio en todas las formas posibles.

De la misma manera que María dio al mundo a su hijo Jesús hecho carne y sangre de su vida, las hermanas dan el mensaje de ese mismo Cristo hecho imagen, palabra, o canción.

Y así como su nombre propio es el de “Hijas de San Pablo”, haciendo honor a este padre, empeñan su vida en la predicación a tiempo y a destiempo, para que la salvación que el Señor Jesús trajo al mundo llegue a todos porque es precisamente ese su compromiso de vida.

LO QUE RECORDAMOS

tecla 3En el año 1922, junto a otras ocho jóvenes, Teresa Merlo pronuncia ante Dios sus votos religiosos y recibe el nombre de Tecla como aquella excepcional discípula de san Pablo. Ese día es elegida por el fundador como Superiora General de la naciente comunidad.

Teresa, Clelia, María, Martha, Nazarena, Eduviges, Brígida, Amalia. Ellas son las primeras Hijas de San Pablo. Es Dios mismo quien las Consagra.

La fisonomía de las Hijas de San Pablo es puesta siempre en el crisol. Es una comunidad que surge en medio de la Iglesia por el amor del Padre, que la ha elegido y la llama a seguir más de cerca a Cristo Maestro, en la vida que El escogió para sí: casta, pobre y obediente, en su obra salvífica.

Estimuladas por el amor de Cristo caminan hacia la plenitud de la caridad, ofreciéndose a sí mismas a Dios y dedicando sus fuerzas a la evangelización con los instrumentos de la Comunicación Social.

LO QUE IMAGINAMOS

¿Qué le diría su madre en aquel momento solemne?

VICENTA.-Desde ahora ya no tendrás límite, tus fronteras, son las fronteras del mundo… Desde ahora te veo recorriendo caminos, viajera incansable abordando personas para hablarles de Dios.

TECLA.-Voy en pos de Ti, mi Señor… quiero ir a donde Tú quieras, Señor, aunque me llames a la aventura de lo incierto, a la sorpresa de lo desconocido.

Y sin duda, en una fervorosa oración también hablaría al Señor con todo el corazón uniendo su ofrenda a la de su hija tan querida.

VICENTA -Señor, te doy gracias porque entre todas has escogido a mi hija. Yo te la entrego en el dolor y la alegría de un nuevo nacimiento que para mí es renuncia y a la vez es un don muy grande. Por la vocación de mi hija me haces madre de una mujer consagrada a tu servicio.

Enséñame Señor a valorar su apostolado y a velar por su vocación, como velaba por las noches su sueño de niña.

Jesús, que mi hija se parezca a Ti, y yo a tu Madre. Que ella pase por el mundo, como Tú, haciendo el bien y a mí déjame que te ofrezca cada uno de mis días en la oración y en el silencio, en la soledad y en el trabajo.

Y ¿qué diría a las otras hermanas? Sin duda su corazón de madre también tuvo una palabra para ellas que desde ese momento eran también de alguna manera hijas suyas.

VICENTA. -Desde este momento toda su vida pertenece por entero a Dios y a su causa, todo su ser, Mente, Voluntad, Corazón, fuerzas físicas y anhelos de bien, son para que el Evangelio se propague por todo el mundo, para que el Reino de Dios se haga realidad en cada persona, en cada corazón, en cada ambiente. Todos sus empeños estarán dirigidos a hacer conocer el mensaje sublime del amor de Dios.

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Cristificación: Dios consagra para que reflejen la imagen de su Hijo divino y sigan haciendo resplandecer su presencia en el mundo para poder decir como san Pablo Ya no soy yo quien vive; es Cristo quien vive en mí.

Entrega: la entrega de su ser a Dios en aquel momento sublime de su Profesión religiosa, fue renovada día a día, y cada vez con más conciencia y con mayor amor.

SUS PALABRAS

Asemejarnos a nuestro Padre san Pablo

  • En el amor al Señor,
  • El celo por las almas y
  • En la caridad fraterna.

En estas breves líneas se cifraba todo un programa de vida que acompañaría toda la vida y de lo cual haría escuela, enseñando e invitando a sus hijas a seguir este ejemplo.

NUESTRO HOY

A cien años de distancia Teresa Merlo contemplará sin duda desde el cielo cómo ha crecido y florecido la planta que sembró.

PROYECCIÓN AL FUTURO

Millares de mujeres consagradas, religiosas Paulinas han seguido esas huellas y siguen todavía por todos los senderos hablando a todos del Mensaje que salva y que libera. Pero esto no ha terminado. Nuevas generaciones se consagran y recogen la antorcha que pasa de una mano a otra y la Misión continúa, como entonces.

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